domingo, 15 de febrero de 2015

ENTREVISTA A PEPE DOMINGO CASTAÑO



Pepe Domingo Castaño lleva toda una vida dedicada a la radio. Como él mismo nos dijo aquel 27 de marzo de 2014, no es periodista, sino un hombre de radio. Famoso por haber sido la pareja profesional de Paco González durante años primero en Carrusel deportivo y ahora en Tiempo de juego, descubrimos que no todo en su vida ha sido la radio deportiva, sino que también tuvo éxitos anteriores. En esta hora larga de conversación que compartí con él junto a mis compañeros Israel Herraiz (IH en la entrevista) y Jesús Mariano Martín (JM), descubrí que Pepe tiene unos valores firmes y también que no anda falto de vanidad. Un hombre sincero, que facilita la labor a quien le entrevista, pues se alarga en todas las respuestas, bien por veterano, bien por amante de las buenas conversaciones, y que te mira a los ojos cuando te responde, sin intimidar, pero marcando el terreno. 
Aquí tenéis esa larga conversación con Pepe. Espero que se disfrute. Nosotros lo hicimos.

Israel Herraiz. ¿Cuánto nos queda de Pepe Domingo Castaño?
Empecé en el 65… Y yo creo que me queda un año más o dos. Mi idea era haber terminado ya, pero no me gusta dejar colgada a la gente y como todo el equipo de Tiempo de juego había firmado 5 años, menos yo que firmé 3, pues lo aumenté uno más y solo me queda uno para cumplir los 5. Creo que mi deber es seguir con la gente hasta cumplir los 5 años y luego según cómo me encuentre pues creo que lo dejaré.

Guillem Hidalgo. A la hora de renovar, decías que te echaban para atrás los nuevos horarios en el fútbol, que provocaban una mayor dificultad para hacer la radio tal y como estábamos acostumbrados.
Yo creo que la gente que dirige el fútbol se ha vuelto loca. Ayer coincidieron dos partidos a la vez y con esos partidos vivimos otra vez la radio de verdad: la radio rápida, con un ritmo brutal, con una capacidad de sorpresa tremenda, que el líder de la liga cambió 4 o 5 veces… Eso es la radio y por culpa de los horarios la están matando.

GH. Cuando yo era pequeño, los domingos había 5 partidos a las 17:00
Y luego uno más tarde y luego otro, pero pon 5-6 a la vez, porque así se apoyan unos a otros. Lo que no se puede poner es un partido malo a las 16:00, otro partido malo a las 18:00, otro partido malo a las 20:00 y otro partido peor a las 22:00. Eso no lo aguanta nadie, ni yo. Estoy cansado de trabajar a contracorriente y es lo que me echa para atrás, pero bueno en principio mi idea era haberlo dejado porque esto es inaguantable.

Jesús Mariano. O sea que debería ser como en la última jornada que se ponen todos los partidos a la misma hora
No, yo no digo todos porque entiendo que hay partidos que habrá que separarlos, el partido en abierto… Pero bueno, pon 6 partidos a la misma hora, que yo creo que no es demasiado y luego 2 y 2 y ya está. No sé en qué están pensando, les debe ir muy bien así. A mi me han explicado que la razón es que Mediapro (propietaria de Gol Televisión), que es la que tiene los derechos y que luego los revende a otras televisiones, solo tiene un canal de pago y quiere dar todos los partidos y la única manera para dar todos los partido es ponerlos en distintas horas y es lo que nos han dicho a nosotros. 



 JM. Se echa de menos el partido del sábado que daba mucha audiencia
El partido del sábado era brutal y el del domingo era muy bueno, aunque debería ser a las 20:00 de la tarde [por norma general el último partido del domingo es a las 21:00] para que pudiesen ir los niños y todo el mundo, porque al día siguiente es lunes y la gente madruga, entonces pon a las 20:00 el último partido o a las 20:30 como muy tarde pero no a las 22:00 [insistimos, Pepe Domingo dice a las 22:00, pero por regla general es a las 21:00 el último partido]. Estoy muy cansado de luchar contra eso.

IH. Es curioso que la tele haya cambiado la forma de hacer radio.
Sí, en eso la tele le ha podido a la radio. Así como en otras cosas no le puede, en eso le ha podido porque la tele manda mucho. La tele es la que paga a los clubes. A nosotros nos han pedido que paguemos a los clubes, pero como no tenemos dinero pues hemos dicho que no. En cambio, la tele paga muchos millones, 800 millones al año a repartir entre todos, entonces es la que manda, tiene la sartén por el mango. Y mientras mande la tele yo creo que va a seguir el tema así.

IH. ¿Estamos tan muertos como nos quieren hacer ver? ¿Hay tanta gente que ve a la radio como un medio desfasado?
No, luego ves los estudios de audiencia y ves que la gente no ha dejado de escuchar la radio. Hombre, ya no te oyen tantas horas. Antes te oían más horas, por lo menos sabías que durante 4 horas te oían por el partido principal y los 6 que había juntos. Ahora el que no ve el Espanyol-Getafe ve el Osasuna-Levante, pero claro, oír 4 partidos de esa índole seguidos pues la gente se va de la radio y del campo. Yo creo que la radio a pesar de todo hemos intentado paliar todo eso con un gancho especial, dándole al programa más alegría, más diversión, un poquito más de cachondeo, metiendo más secciones más cosas… Creo que estamos logrando que la gente se interese pero a costa de luchar muchísimo.

GH. ¿Y esa pasión por la radio de donde nace, Pepe? Va a sonar un poco pelota pero por ejemplo mi pasión por la radio viene de ti y de Paco [González, director de Tiempo de juego], siempre oyéndoos desde pequeño.
Pues me pasó lo mismo que a ti. Yo estaba en mi pueblo, Padrón, estudiando y trabajando en la contabilidad de una empresa y a mi me emocionaba mucho la radio. Yo escuchaba mucha radio. A mi me volvía loco un programa que hacía Tomás Martín Blanco llamado “El gran musical”. Cuando yo lo oía siempre pensaba: “si algún día yo me dedico a la radio –porque yo ya tenía ganas de trabajar en la radio porque creía que valía- quiero hacer ese programa y Carrusel Deportivo”, porque también me gustaba mucho Joaquín Prat, que estaba en Carrusel. Los dos al mismo tiempo era imposible, tenía que hacer primero uno y luego el otro. Entonces primero era la música, que era algo que me gustaba mucho, pero también me gustaba mucho el deporte. Consideraba que por mi juventud tenía que presentar primero música y fíjate cómo da vueltas la vida que después de estar 2 años en Santiago [de Compostela] y volver a Madrid para presentar durante 5 años Disco Parada en una emisora pequeñita, Radio Centro -allí ya hacía las cosas que hago ahora, pero claro, como no me conocía nadie, no tenía trascendencia- que me llamó la Ser, que era lo que yo había estado deseando durante todo ese tiempo. El día que me llamaron fue uno de los más grandes de mi vida, porque era empezar a construir el sueño. Me preguntaron qué quería hacer y “El gran musical” se estaba haciendo, pero no en directo, que era como a mí me gustaba, y yo les dije que quería recuperar “El gran musical” de Tomás Martín Blanco y se lo dije al propio Tomás Martín Blanco y a él le gustó la idea cuando supo que era una promesa que me había hecho a mi mismo. Estuve 5 años haciéndolo con un gran éxito y también hacía la publicidad como la hago ahora pero al ser un programa de música y estar tan de cachondeo pues la gente no se enteraba de cómo hacíamos la publicidad. Yo cantaba con la gente la publicidad… Era divertidísimo el programa. Luego dejé “El gran musical” porque creía que ya no tenía nada que hacer en la música y porque me aburría un poco la música que presentábamos, empezaba Ramoncín, yo no comulgaba muy bien con esas ideas… La música para mi ya no era un sueño. Se lo dije a la empresa y me dijo que perfecto y empecé a hacer programas variados, magazines con entrevistas, música, unidades móviles… Pero mi objetivo era Carrusel Deportivo, aunque lo veía muy lejano porque estaba Joaquín Prat en plena forma y Joaquín era un dios para mi y para todo el mundo, pero sobre todo para mi. Me parecía un genio de la radio y es el espejo en el que yo me miraba siempre. Y aunque yo quisiera hacer Carrusel tenía que hacerlo cuando él lo dejara, porque no se me habría ocurrido suplantarle. Y fíjate la vida que a Joaquín le da la vena y deja la Ser para venirse a Cope, la historia se repite, solo que él se vino solo, no con un equipo de gente. Entonces cuando él viene a Cope a mi me ofrecen el puesto en Carrusel Deportivo y en el año 88 se cumplió el segundo sueño: Carrusel Deportivo.
Por eso digo que la vida no sabes nunca por dónde va a ir, cómo te va a situar. Lo que tienes que hacer es perseguir tus sueños. Si tu lo persigues, por muchas zancadillas que te pongan, al final yo creo que ese sueño se cumple.

  
GH. ¿Era más difícil entrar en la radio profesional antes que ahora? Y me explico: tu no tuviste que hacer ninguna carrera de Periodismo, sin embargo nosotros estamos marcados a acabar la carrera, hacer prácticas y luego pelear por entrar ¿Qué diferencias notas?
Vamos a ver, hay dos facetas. Primero es la cantidad de emisoras. Antes no había tantas emisoras como las hay ahora por lo que era complicado que alguna te llamase porque había poquísimas, pero también había poca gente, porque entonces la carrera la hacían cuatro gatos, entonces había más posibilidad de que entre menos gente tu nombre saliese elegido. ¿Ahora con qué nos tropezamos? Pues ahora hay un montón de emisoras –con una crisis galopante la mayoría- y encima están saliendo una cantidad de profesionales brutal, que no tienen cabida. Entonces creo que ahora es más complicado que antes. Antes, si tu valías, siempre tenías oportunidad de demostrarlo. Cuando me preguntan qué consejo daría a la gente yo siempre respondo que hay que tener vocación, que no es ni más ni menos que creer que vales para lo que has elegido. Si tu has elegido periodismo, concretamente radio, tienes que saber que vales para eso. Quien mejor sabe que vales eres tu mismo. Si no has elegido lo que quieres, a las primeras zancadillas te vas a ir a la lona, no vas a aguantar, lo vas a dejar. En cambio, si tu estás seguro de que has elegido lo que quieres, y de que vales para esto, por muchos problemas que tengas tendrás siempre una oportunidad para demostrarlo. Yo sé que no es fácil pero si un tío vale yo estoy seguro de que llega y de que no se queda en el camino. Ahora estáis mejor preparados. Mis sueños tardaron más en cumplirse porque tuve que dejar mi pueblo, donde trabajaba y ayudaba mucho de esa manera a mi familia, para hacer lo que quería. No me apetecía quedarme en mi pueblo toda la vida.

IH. Sin dejar de lado Padrón, fuiste elegido entre los 125 gallegos más influyentes del mundo y dentro del top 20 de la comunicación ¿En qué grado es importante para ti?
Pues es bonito porque cuando sales de tu pueblo a la aventura uno de los objetivos que buscas es que la gente de tu pueblo esté orgullosa de ti, empezando por tu familia y terminando con la gente del pueblo. Entonces, yo cuando vine a Madrid, hubo momentos en que estuve a punto de regresar a Padrón y hubiera sido un regreso de perdedor total. Habría estado amargado toda mi puñetera vida si hubiera vuelto. A mi me salvó el orgullo, la vocación. Los gallegos tenemos un orgullo especial. No sé por qué. Me dije: “yo no vuelvo a mi pueblo hasta que no sea conocido, hasta que no logre lo que quiero lograr”. Y las pasé muy mal, pero confié en que ya vendría lo bueno. Y eso me ayudó, el orgullo me ayudó a sobrellevar aquello. Cuando estás en esas listas es hermoso porque es un reconocimiento a lo que has luchado para conseguirlo ¿Qué no te lo dan? Pues no pasa nada. ¿Qué te lo dan? Pues encantado. Ahora, tampoco luchas por eso.

IH. Yo iba por el mismo camino, por el tema de los premios. 4 Premios Ondas, 1 Micrófono de Oro, 1 Antena de Oro, hace poco el Premio Joaquín Prat. No sé si a uno le llena más el que la gente hable bien de él, que te conozcan en tu pueblo o a nivel nacional la crítica, que te otorguen premios…
Yo tuve varias épocas. Hubo una época, muy mala, en la que yo llegué muy rápido. Cuando me fichó la Ser fui un poco meteoro. Empecé en la radio, empecé en “El gran musical”, en cadena por toda España, empecé en televisión, grabé un disco… una locura. Una locura [recalca]. Y eso la gente no lo supo encajar. A lo mejor yo hice demasiadas cosas y la gente no lo supo encajar y tuve críticas muy duras. Tuve una época en que era criticado y lo guardo todo. De vez en cuando lo leo para que no me crea que lo bueno de ahora no tuvo una motivación. Me ponían a parir por todos lados. Que si en televisión era muy malo, que si cantando era muy malo, que si aprovechaba mis programas para poner mi música… ¡Coño, claro, joder! ¿Cómo no la voy a poner? ¡El que no quiera oírlo que lo quite! Tuve esa época mala hasta el punto que un día fui a mi pueblo con un coche que había comprado para ver a mi familia. Dejé el coche en la plaza y a la mañana siguiente me lo encontré con las ventanillas rotas, rayado… Entonces ahí me di cuenta de que había que ir con cuidado y de que había que tener los pies en el suelo y presumir lo menos posible de lo que se tiene. Y eso me ayudó mucho. Muchísimo. No sé cual era la pregunta, me he enrollado…

IH. Sí, si era más importante…
¡Ah, los premios! Pues depende qué premios. Por ejemplo, yo la Antena de Oro y la Antena de Plata y el Micrófono de Oro y el Micrófono de Plata, que tengo 3 o 4 no sé cuántos creo que se conceden por eliminación. ¿A quién le toca este año? ¿Quién no lo tiene? Pues se lo damos a este. Yo creo que esos premios se dan por eliminación, por política, pero el Ondas… aunque algunos se den así, creo que a mí los dos últimos Ondas que me dieron fueron los que más me gustaron (el primero fue por “El gran musical”, el segundo por Carrusel). El tercer Ondas fue por aportar a la radio un sonido nuevo a través de los anuncios y el cuarto fue la consolidación del tercero: por inventar una nueva manera de vender publicidad en la radio, de introducir la publicidad en la radio. Y cuando te dan un premio por eso pues ya te puedes relajar y descansar y marcharte porque ya has aportado algo a la radio. Ese fue el premio que más me gustó, el cuarto. Y también el Premio Joaquín Prat porque define una manera que tenía Joaquín, que tengo yo, que tienen muchos de hacer radio. Una radio espectáculo, una radio que te da un poco de todo… El Premio Joaquín Prat es un reconocimiento a mi lucha porque la gente se de cuenta de que la publicidad no es un coñazo sino que forma parte de un programa de radio. Si lo haces bien consigues que la gente no apague la radio cuando escucha la publicidad y para mi eso es muy importante.

GH. ¿Ese último Ondas hace que te sientas un referente para quien se vaya a dedicar a lo que te dedicas tú?
Hombre, referente no. Yo creo que ahora lo que tiene que salir es un invento nuevo para vender los programas deportivos. Yo lo voy a dejar y tendrá que venir alguien que invente algo distinto. Yo creo que lo mismo no tiene razón de ser, porque eso ya está hecho. A mi lo que me gustaría es que un chaval joven viniese y me dijese: “tengo un sistema para la publicidad de Tiempo de Juego” y si fuera bueno yo le ayudaría. Me gustaría que cuando yo me fuese quedase algo distinto, porque creo que lo mismo no se puede hacer. Ahora, ¿referente? En el intento de buscar algo nuevo, sí, pero referente para hacer lo mismo que yo cuando me vaya creo que no, creo que deben intentarse cosas nuevas.

GH. ¿O sea que no tienes pensado sustituto para cuando te vayas?
No, yo no tengo pensado nada. Yo creo que la vida da, no hay que pensar nada. Va a salir solo. Yo tengo una idea para cuando me vaya pero no la quiero decir. Una idea que puede ser buena de la que yo formaría parte pero sin aparecer. Y es una idea que puede funcionar muy bien y que puede dar pie al que venga detrás a darle tiempo a pensar otra idea.

JM. Hemos hablado de Padrón y hemos hablado de publicidad. Has hecho anuncios de los ‘chaskis’ de Facundo, de Estrella Galicia ¿Para cuándo una publicidad sobre el producto más universal de Padrón: los pimientos?
Pues no me la han pedido. Pero me encantaría aunque no tienen volumen de negocio suficiente para pagar una campaña de Tiempo de juego, pero yo soy un enamorado de los pimientos de mi pueblo y por si no sabéis tiene un refrán muy bueno que además no es cierto. El dicho es: “pimientos de Padrón, unos pican y otros non”. Pues el pimiento de Padrón bueno no pica. El pimiento en abril, mayo empieza picando un poquito, porque está reciente, está todavía verde. Pero en junio ya no pica, en julio pica menos, en agosto no pica y en septiembre, cuando se van terminando, empiezan a picar otra vez. Y luego también hay otro problema porque cuando hay mucho sol mientras está creciendo (marzo, abril) se pone rabioso, picante. ¿Y sabéis por qué? Porque el pimiento de Padrón originariamente lo trajeron los franciscanos a un convento que hay en una aldea de Padrón. Los franciscanos lo trajeron de México ¿Qué era? Un chile. El chile mexicano, que allí tiene mucho sol, menos agua y, claro, allí pica a rabiar. En cambio aquí con la dulzura del clima, la lluvia, el poco sol, el lugar que es sombrío… pues se dulcificó pero cuando hay sol pica. Ese es el motivo por el que los pimientos pican cuando ha hecho mucho sol.

IH. Hablábamos antes de sueños. El tuyo fue llegar a la Cadena Ser que no sé exactamente cuánto estuviste…
37 años

IH. 37 años en Cadena Ser… Si volvemos la vista al verano de 2010 con la salida de Paco, la llegada a Cope. Imagino que 2010-2011 cuanto menos es una etapa convulsa y complicada. Luego bonita por la llegada a Cope pero la salida complicada
Hubo de todo. Agridulce total porque el Mundial fue tremendo. Yo no iba a hacer el Mundial porque dije que me iba y se montó un follón tremendo y me dijeron que tenía que respetar el contrato, que tenía un año más... Yo dije que me daba igual, que me demandasen, pero yo soy muy profesional y entonces cuando vinieron los de publicidad y me dijeron que habían contratado un montón de publicidad por mi hablé con la Ser y les dije que haría el Mundial si luego me dejaban marchar. Y en principio no me dijeron ni que sí ni que no, pero no me dijeron que no. Yo di por hecho que el hacer el Mundial y el sacarles ese follón, que era tremendo porque había mucha publicidad, significaba que me dejarían ir sin problemas. Termina el Mundial, y fue tremendo porque yo sabía que cerraba mi vida en la Ser y no me iban a dar tiempo a despedirme de nadie porque al día siguiente yo ya no podía ir a la emisora. Terminé la publicidad y me fui a la azotea llorando un rato largo y luego sin despedirme de nadie me fui. Me fui a un restaurante, me agarré un trompón  [borrachera] increíble y al día siguiente me iba para Padrón, pero antes de irme tenía que comunicar a la Ser que me iba definitivamente. Llamé al director general creyendo que iba a ser una despedida de buenas y, joder, cómo se puso. Le dije que se fueran a la mierda, que si no podía irme por las buenas me iría por las malas y que si no tenían categoría para despedir a una persona que había estado 37 años entregada en cuerpo y alma a la Ser la culpa era suya, no mía y me fui para Galicia. Y cuando ya llegas a Galicia y ya no estás en la Ser es cuando te das cuenta de lo que has hecho. Llegas a una casa nueva, con clientes nuevos, hay que pensar toda la publicidad de nuevo, con estudio nuevo, sonido nuevo… Lo que me salvaba era que tenía compañeros iguales. Pasé un verano complicado, porque no sabía cómo iba a resultar esta aventura. Paco, [Manolo] Lama y yo, aunque Lama no pudiese venir en ese momento, teníamos la responsabilidad de que 50 personas se venían por nuestra culpa. Sobre todo por la de Paco. Éramos responsables de toda esa gente que había dejado una carrera, como la que tenía yo, por una aventura de 5 años que vete tu a saber cómo terminaba. El primer día fue tremendo porque Paco me dijo que empezase yo. Me escribí un saludo, que me lo escribí veinte veces. En el primero me metía con la Ser, luego me dije que el pasado era pasado y quité todo lo de la Ser para dedicarme a hablar de la gente, de nuestro grupo etc. Y cinco minutos antes de comenzar empiezo a temblar como un niño pequeño. Salgo a la calle, entro, me meto al estudio, me tiembla la voz… Fue otro de los momentos mágicos de mi vida. Cuando terminé el speech y dije “hola hola”, desaparecieron los nervios y desde aquel momento esta era mi casa [la Cope]. Es lo que tiene de bueno la radio, que es capaz de borrarte de golpe 37 años y convencerte que has acertado y has encontrado tu casa otra vez. Y aquí estamos.

GH. ¿Fue el momento que estuviste más nervioso?
Sí, yo creo que sí. Mi primer día en Radio Galicia también, es normal, pero esto, después de tantos años en la radio, fue el momento más nervioso de mi vida. Y es que claro, yo hablaba en nombre de todos los que estaban detrás de nosotros. Era una gran responsabilidad. Creo que lo hice dignamente, me salió del alma y eso la gente lo nota. La gente nota cuando sientes las cosas. La comunicación es sencillamente que la gente crea lo que dices. Nada más. Partiendo de ahí puedes lograr lo que quieras con la gente. Cuando tu mientes y tratas de aparentar ser alguien que no eres, la gente lo distingue.

GH. ¿Va por alguien especial esto que dices? ¿Va dirigido a alguien esto?
No, va dirigido a toda esa gente que me he encontrado en la profesión que se preguntaba por qué no había triunfado.

GH. ¿Y gente que triunfa pero que no es verídica?
No, yo creo que triunfa un tiempo y el tiempo se encarga de ponerle en su lugar. En radio, yo creo que el que ha triunfado ha sido porque ha tenido huevos, vocación y pode de comunicación y ha dicho la verdad, o su verdad al menos.

GH. Me decía Antonio Romero que es muy difícil impostar en la radio. Que puedes ir muy de buenas o muy serio pero que al final se te va a ver el plumero
Siempre. Porque son muchas horas, porque la radio es sinceridad, improvisación… Y cuando improvisas mucho te sale lo que llevas dentro. Cuando lo tienes escrito, no. Por eso a mi no me gusta leer lo escrito. Procuro leérmelo antes y luego lo voy diciendo. Si me pierdo es bueno tenerlo ahí, pero si no, no. Cuando lees lo escrito, no eres tu, a no ser que leas lo que tu mismo has escrito. En cambio, cuando improvisas, como no tienes capacidad para ir filtrando lo que dices a esa velocidad pues te sale lo que llevas dentro, lo que estoy haciendo yo ahora. A esta velocidad que estoy hablando es imposible mentir.

IH. Nombraba Guillem a Antonio Romero ¿Guardas amigos en Carrusel?
Sí, sí. Yo me mando wasaps con todo el mundo. El otro día me mandó un mensaje Juanma Ortega, [el que tiene la misma función que Pepe en Carrusel deportivo] que no era uno de mis grandes amigos cuando estaba allí, y me mandó un mensaje por el Premio Joaquín Prat, un detalle. Guardo relación con Manu Carreño, Ponseti, Antonio Romero, Pacojó… me llevo bien con todo el mundo. No tengo trato con José Ramón de la Morena pero porque he querido yo. No me ha hecho nada. A lo mejor es por eso. Ahí lo dejo. Más que no me ha hecho nada es que no ha hecho nada.

GH. ¿Es esa la gran decepción de todo aquello?
 Sí, fue una gran decepción. Para mi sí.

GH. Yo me pongo un poco en tu pellejo y no debe ser fácil estar 37 años trabajando y que al irte te trate mal gente que entró mucho después que tú. Y encima gente cercana que luego también te dispense un mal trato…
Eso es lo peor. Lo peor es que te decepcione alguien que no esperas que te va a decepcionar. Y luego hay ejemplos de gente maravillosa. Gente que quería venir con nosotros pero que no pudo por muchos motivos. La gente que se portó mal, pues estará amargada, porque creyeron que esto iba a durar un año, que nos iban a echar… Pues bien no han echado a nadie, vamos subiendo poco a poco –yo creo que demasiado poco a poco- pero ya sabemos que el EGM va lento y que es difícil cambiar Carrusel
por Tiempo de juego. Todo eso tiene que joderles mucho a ellos. A los malos. Pues que se lo coman con patatas. Yo no he hecho daño a nadie, me he venido por un amigo. He cambiado mi vida, 37 años en una empresa, tenía, incluso, la promesa de que, una vez terminada mi carrera en Carrusel, me mandarían por América como embajador de la Ser visitando las emisoras. Y a pesar de eso dije que no. Porque creo que mi obligación era venirme. ¿Qué pintaba yo allí si no estaban los demás? Además yo creo que lo de Paco fue una injusticia brutal de la que se han arrepentido –prueba de ello es que ya no está ninguno de los que echaron a Paco-, pero la gente de Ser, que no tuvo nada que ver, es estupenda.

IH. ¿Es Paco el mejo comunicador?
 Para mi sí. Hay dos: Prat, que me parecía Dios, aunque él era más para formar parte de un equipo que para dirigir un programa, y Paco, que para mí, radiofónicamente es uno de los mejores, sino el mejor. Puede hacer Tiempo de juego, El partido de las 12, La linterna, La mañana… Todo eso lo podría hacer Paco, porque es muy completo y muy bueno. Luego Paco tiene una gran cualidad que por eso nos hemos ido con él: es humilde. Paco te da la amistad y no te pide nada a cambio. Nunca quiere figurar en nada. Siempre quiere que figuremos los demás. Eso te da una idea de su categoría humana y profesional.

GH. También él te dedicó elogios cuando hablé con él. Decía que el secreto de que Carrusel antes y Tiempo de juego ahora fueran las locomotoras económicas de sus respectivas cadenas eras tú, tu forma de llevar la publicidad ¿qué opinas de esas palabras?
Pues hombre, es duro de aceptar porque yo sé que la Ser cuando nosotros nos fuimos tuvo problemas, pero es normal porque teníamos mucho impacto. Ten en cuenta que Carrusel era número 1 con un montón de oyentes y con muchos clientes ¿Que iba por mí? No lo sé. Yo creo que iba por el programa y por mí y por Paco, por cómo se hacía el programa. A mi me gusta siempre englobar al equipo. ¿Que yo era la voz cantante, digamos, el gallo? Sí ¿Que yo lo pensaba? Sí ¿Que yo lo ponía en antena? Sí. Pero para que eso funcione luego tengo que tener gente a mi lado. A Armenteros, a Evangelio, a Parrita… [integrantes del equipo] gente que me ayuda para que la publicidad sea divertida. Entonces, yo creo que le hicimos mucho daño a la Ser, pero la culpa la tuvieron ellos. Lo de Paco podría haberse arreglado muy fácilmente. Cuando llegamos a Cope, me asombró –y ahí me di cuenta de lo que suponen los años que estuvimos en Carrusel- que al mes de llegar aquí teníamos el programa completo de publicidad y solo había uno o dos de los que estaban en la Ser, el resto eran nuevos. ¿Sabes lo que es conseguir 21-22 clientes para empezar un programa que no sabes cómo va a salir? Para mi fue la mejor noticia del traslado a Cope. Nos dimos cuenta del poder que teníamos. Humildemente lo digo, pero razonadamente también. Fue un milagro.

GH. ¿Cómo son esas reuniones con los anunciantes?
Primero se reúne el departamento de publicidad de Cope con los clientes. Y le explican cómo pueden estar: con dos menciones, con tres menciones, con cuatro…Si quieren o no quieren cuña, si quieren que lo haga yo, si no quieren que lo haga yo… Y la gente cuando viene pues quiere que lo haga yo, afortunadamente. Una vez que han aceptado que lo haga yo, me llaman a mi y nos reunimos con el cliente y le pregunto al cliente qué quiere hacer, qué quiere anunciar. Y le pido por favor que no me pida maquetas ni cuñas de prueba porque no se las voy a hacer. Si quiere trabajar conmigo tiene que tener confianza en mi. Si ha venido a mi es porque me ha oído hacer otras cosas. Yo le pido confianza. El qué tengo que decir me lo dice el cliente pero el cómo es asunto mío. Y luego, también le pido que si lo oye y no le gusta, que me lo diga para cambiarlo. Y siempre me han dicho que sí

GH. Es algo que no suele pasar
No, no suele pasar porque el cliente siempre quiere oír cómo suena su marca antes de pagar. Pero en mi caso los de publicidad de Cope están asustados. Yo cuando como con ellos les convenzo, porque les aseguro que les voy a tratar muy bien, que van a vender (o al menos lo voy a intentar), que vamos a querer al producto, porque una de las cosas buenas es que yo no cobro por cliente, porque alguno podría pagarme más que otro y yo, entonces, implicarme más en quien más me paga. No, a mí me paga la Cope un sueldo al año por hacer Tiempo de juego tenga veinte o diez clientes. O sea, que yo les trato lo mejor que puedo. Y siempre llegamos a un acuerdo. Y eso es maravilloso porque te demuestra que la gente te aprecia y te respeta. Y no han sido muchos los que me han pedido que cambie una cuña. Si acaso quieren cambiar algún matiz.

GH. ¿Enfadamos mucho al área de publicidad si nos dices cuánto tiene que pagar un cliente para entrar en el programa?
Te lo podría decir, pero yo creo que no debo decirlo porque es tarea de ellos. Los que tienen cuatro menciones pagan una cantidad distinta a los que tienen tres o dos. Procuramos que sean clientes anuales. No es fácil conseguir que un cliente firme un año con un programa de este tipo pero la gran mayoría que tenemos, la base (15 o 18) son anuales. Hay algunos que están dos meses, otros están tres… Antes a este tipo de clientes les decíamos que hiciesen cuñas, pero hemos visto que hay mucho cliente que no tiene posibilidad de pagar todo un año porque es mucho dinero y entonces les hacemos uno, dos o tres meses. Eso a mi me fastidia mucho porque me rompo la cabeza para encontrar una idea que se va a morir en poco tiempo y que no puedo emplear en otro cliente pero bueno, así es la vida. Y luego, el volumen de Tiempo de juego es muy fuerte. En el porcentaje de Cope yo creo que es muy fuerte, aunque no tengo los números. Pero creo que es muy fuerte, como Carrusel en la Ser. Es un porcentaje de ingresos muy fuerte.

JM. Nosotros en El graderío [programa deportivo de Inforadio] ya tenemos una cuña, además tuya, que te grabó un compañero. ¿Si te dijéramos de hacer una cuña para la emisora, así de primeras?
¿Cómo se llama la emisora?

JM. Inforadio
¿Así de pronto? No es tan fácil hacer una cuña así de golpe. Las cuñas tienen su estudio. Yo me acuerdo cuando vino el cemento y tenía que tener la cuña preparada 5 días después de llegar al acuerdo. Me pasé 4 días pensando y no se me ocurrió nada que a mi me gustase. Y el mismo día que iba a la comida voy en un taxi y en M80 estaban poniendo canciones de antes. Y suena In the navy. Y yo, que tenía lo del cemento todo el rato en la cabeza, lo adapté a la melodía de In the navy. Eso salió porque estaba dándole vueltas y si no estoy pensando en el cemento oigo la canción y nada más. Si me paro a pensarlo algo se me ocurriría con Inforadio. Por ejemplo: “Inforadio, empieza por i, termina por radio”

JM. ¿Seguís tomando Actimel en el estudio después de aquella broma de la Superbowl?
No, aquello fue tremendo. Lo del Actimel, lo de las encimeras. Aquello fue el desencadenante de lo que vino después, yo creo. La sanción a Hevia generó mucho malestar en el equipo de Carrusel de entonces porque, efectivamente, se merecía una sanción, sí. Pero Hevia habló con el cliente y le pidió perdón y le dijo que era un programa de broma, donde nunca es verdad lo que se dice. Y el cliente aceptó las disculpas. A pesar de ello removieron la mierda y le castigaron, creo que fue, durante un mes. Todo eso generó algo raro, una especie de cabreo que provocó, cuando se reunieron Paco y Daniel Anido, tensión. Y cuando dos personas están tensas, la electricidad surge y algo que no tendría que haberse roto, se rompió. Y nadie dio el brazo a torcer: Paco porque no debía porque no había hecho nada y el otro porque se pasó de jefe. Y yo creo que todo surgió a raíz de aquella Superbowl.

IH. ¿Se ha hecho un libro con la expresión “tu prima la coja”, no?
Tengo un libro, pero no se pudo publicar. Lo tiene un editor sin permiso aún para publicarlo. Aunque ahora ya nos hemos puesto de acuerdo, hemos quitado las demandas de los dos lados y no hay guerra [Cope y Ser]. Es un libro donde hay cosas buenas. En ese libro cuento qué pasó con José Ramón de la Morena, las historias de cada uno cuando surgió lo de Paco…Es una especie de película larga con un montón de protagonistas en la que cada uno cuenta su historia. Y yo sirvo de nexo de unión entre todas las historias contando lo que estaba pasando. Eso hubiera sido genial cuando quise publicarlo, a los 5 o 6 meses del tema. Pero Paco dijo que había que hablar con los abogados, por la cantidad de demandas que había. Los abogados dijeron que bajo ningún concepto. El libro está ahí y yo creo que es un librazo. No pararé hasta que lo publique y encima se llamará “Tu prima la coja”.

GH. Viendo la situación de ruina de muchos clubes de 2ª y 2ªB, entre ellos tu club, el Deportivo de la Coruña, ¿nunca te has planteado invertir en el Depor?
No… Podría echarles una mano si quieren. A mi no me importa echarle una mano a mi equipo. Pero económicamente no, porque nunca sabes quién va a dirigir eso. Es una sociedad anónima en la que el día menos pensado viene un señor que lo compra todo y te quedas en la calle. En el tema económico yo creo que no tenemos que entrar.

GH. ¿Prevalece la figura del presidente antes que la afición?
Sí, yo creo que sí. Lendoiro [antiguo presidente del Depor que estuvo 25 años en el cargo] sobre todo. Cuando un presidente es muy personalista, como Lendoiro, puede más Lendoiro que toda la afición porque tiene una personalidad muy grande, todo giraba en torno a él y, aunque eso fue bueno al principio para el club, luego fue malo. Yo creo que Lendoiro habría triunfado si se hubiera marchado un pelín antes. Creo que se fue demasiado tarde. Ahora, también te digo que no se puede olvidar todo lo que hizo. Se endeudó, sí, pero como todos los clubes. Además, él ganó una Liga y dos Copas del Rey. Hay clubes que se endeudan y no ganan nada. Ahora habrá que pagar esa deuda. ¿Cómo? No lo sé.

JM. Ahora que hablamos del Depor… Hemos investigado y hemos descubierto que tu estuviste a punto de ir a Eurovisión. La pregunta es ¿tú en Eurovisión o el Depor ganando la Champions?
Yo no quería ir a Eurovisión. La Champions [de la temporada 03/04] la tuvimos al alcance de la mano. Yo creo que ahí mi amigo Irureta [entrenador del Depor 1998-2005], al que yo llamaba Irureta “el Amarreta”, amarró demasiado al no ir a ganar en Oporto. Aquí, en la vuelta, tuvimos la mala suerte de la expulsión del central Andrade y perdimos la oportunidad de jugar la final de la Champions en Gelsenkirchen contra el Mónaco. Respecto a lo de Eurovisión fue una cachondada, pues yo no sabía que me habían presentado. Yo había grabado una canción de Aniano Alcalde y Braulio, un cantante que era muy famoso entonces, que se llamaba Mi pueblo [entona unos compases de la canción] que se grabó en la Transición y que era un canto a la libertad y a los nuevos rumbos para la vida española. La canción estaba grabada con mucho ritmo y tenía fuerza. Yo no la canté muy bien, porque no era un estilo que me gustara mucho, y era para un disco mío. Un día, cuando estaba en una discoteca, me vienen unos amigos de la tele y me dicen: “te hemos librado de ir a Eurovisión”. Había ganado la votación la canción Mi pueblo y cuando estos amigos se enteraron de que la canción era mía dijeron que no. Yo les dije que eran unos cabrones, pero no hubiera ido a Eurovisión o ¿quién sabe? En aquel momento me jodió un poco lo que hicieron. Pero luego, lo pensé bien y entendí que me habían salvado de una buena. Ya solo le faltaba a este país, que me trataba a patadas, que fuera a Eurovisión. Me echaban de España [se ríe].

GH. Cambiando a un tema más serio. Tenemos estos días la huelga educativa y el fin de semana fueron las Marchas de la dignidad ¿sigues la actualidad política?

GH. ¿Qué opinas de estos acontecimientos?
Yo creo que la que tiene que rebelarse siempre es la juventud. Yo creo que la juventud, en todas las épocas de la vida española, fue quien marcó las pautas. La caída de Franco la provocó la juventud, aunque estuvo mucho tiempo callada cuando vivía Franco. La juventud universitaria es la que puede permitirse ese lujo. El lujo de poder manifestarse y que se les tenga en cuenta. Porque tienen poder. A mi me parece muy bien que se manifiesten, pero en lo que no estoy de acuerdo es en la violencia. Yo creo que una manifestación, en cuanto se quema un contenedor, pierde su razón de ser. Ya no es manifestación, es violencia. Para mi.

GH. Hay quienes dicen que con el pacifismo…
No se consigue nada ¿no? Bueno, pues oye, perdona, lo de la Puerta del Sol, [15-M] si se hubiera seguido la idea matriz de aquello, hubiera conseguido algo. De allí no salió nada porque todo el poder estaba muy disgregado.

GH. No había un líder
No había un líder. Pero si hay un líder allí en aquel momento que sea capaz de agrupar los sentimientos de toda aquella gente… Cuidado ¿eh? Aquello era un movimiento que tuvo mucha importancia. Fue la primera rebelión de verdad de un pueblo contra lo que está pasando. Y yo creo que la marcha que ha venido a Madrid está muy bien, si hay que protestar y venir de toda España y reunirse en Madrid y colapsar Madrid. Pero colapsar Madrid no es quemar contenedores ni destrozar sucursales bancarias. ¿Quién tiene la culpa? Los que han convocado la manifestación no sabían que iba a haber grupos extraños a la manifestación, aunque siempre se apuntan. Pero coño, si es que gana una Liga el Madrid y termina todo como el rosario de la Aurora por culpa de cuatro sinvergüenzas. A mí la violencia por la violencia me parece ridícula. Vamos, que una protesta perfecta y justa como el 22-M perdió su razón de ser, y se habla más de los incidentes que de la protesta en sí, cuando tenía que hablarse de toda esa gente que vino a Madrid a reunirse y a protestar contra algo que no se está haciendo bien.

GH. ¿Somos un pueblo desunido?
Sí, España siempre es muy desunida. Por ejemplo, en fútbol cada persona es un seleccionador nacional, nunca estamos de acuerdo con Del Bosque, ni con Ancelotti ni con ninguno. Tu ahora piensa una alineación del Madrid y sería muy difícil que coincidieran muchos, aunque ahora un poquito más. Lo mismo en política. ¿Si fueras presidente, harías lo mismo que Rajoy? No. Aquí cada persona es un presidente. No pensamos nunca en lo que puede hacer bien o mal a los demás. El español es así. Afortunadamente hay grandes españoles que han triunfado porque son, ya no egoístas, pero son gente que ha salido de un mundo de locos y de envidias y que han conseguido sobresalir. Nadal es un ejemplo para todo el mundo. Pero no ya como tenista sino como persona. Es un tío que es capaz de firmar autógrafos sin cabrearse, horas tras horas y poniendo buena cara a todos, porque cuando alguien va a que le firme Nadal un autógrafo cree que es el único y quiere que le reciba bien.

IH. Para terminar, unas preguntas rápidas. ¿Una canción?
Mi canción estrella es Mediterráneo de Joan Manuel Serrat. Pena que no se llame Atlántico, porque es lo que baña Galicia, pero bueno. Serrat me parece el compendio de una España que se fue haciéndose a sí misma a base de música.

IH. ¿Un libro?
La colmena, de Camilo José Cela. Un libro que te mete en el cogollo de Madrid como nadie. Cualquier libro de Cela es bueno, ¿eh? Otro libro que me gusta mucho, de un autor gallego, Manuel Rivas, es El lápiz del carpintero. Es un prodigio de ternura, de delicadeza, de estilo… Leedlo si podéis.

IH. ¿Alguna película?
Me gustan mucho Casablanca y Lo que el viento se llevó. Lo bueno de las películas es que soportan el paso del tiempo. Tu ves ahora una película de Orson Welles, Ciudadano Kane, y cuesta trabajo pensar que eso se podría hacer ahora. Lo que el viento se llevó, ahora, sigue siendo un peliculón y Casablanca, que no tiene nada, es un prodigio de película. Y luego El padrino. Mi trilogía, da igual el orden, es El padrino, Lo que el viento se llevó y Casablanca.

IH. ¿Y como ciudad, La Coruña?
La Coruña me gusta mucho, sí. También me gusta mucho México. Soy un gran amante de México, quizá porque mis discos triunfaron allí, pero le cogí cariño, es como una segunda parte que tengo ahí lejos. Y pasé tan buenos momentos que es una ciudad que me encanta, el DF.

IH. ¿Un futbolista?
Amancio, que es de La Coruña. Podría haber sido lo que es Di Stéfano o Pelé o Cruyff pero llegó al Madrid cuando el Madrid de las 5 Copas de Europa empezaba a declinar. Todos estaban mayores y llegó al Madrid de los yeyés, cuando el Madrid se estaba haciendo de nuevo y cogió esa época mala. Era el dios de esa época pero no fue suficiente para adquirir esa fuerza que ahora tienen Di Stéfano o Gento. Yo le vi jugar en el Depor, cuando yo estaba en Galicia, y no vi jugar a nadie al fútbol como Amancio.

IH. Y por último un personaje histórico
A mí Napoleón siempre me ha interesado mucho. Me parece genial un tío que coge y dice: “voy a conquistar Rusia” y llega a Rusia y la conquista, no la conquista, pero bueno, el tío se atravesó toda Europa y se fue con sus tropas a Rusia, con dos cojones. Fue el amo de Europa, se consagró emperador… Los personajes históricos tienen que tener potencia y a mi me impresiona muchísimo Napoleón.

GH. Toda la trayectoria que nos has contado demuestra que has sido muy polivalente pero ¿te consideras periodista?
No. Me considero hombre de radio. Si hombre de radio es locutor, pues soy locutor, si hombre de radio es radiofonista pues soy radiofonista. Pero yo soy un hombre de radio. Podría decir que soy periodista porque durante un tiempo he ejercido esa labor, ahora no, claro, pero no soy periodista porque, entre otras cosas, me dio mucha pena que cuando quise –antes se permitía que por un determinado número de años tu hablabas con la Asociación de la Prensa de Madrid y te convalidaban y te convertían en periodista, te daban un carnet- mandé mis credenciales y me las denegaron. Y desde ese día he dicho que ya no quiero ser periodista.

GH ¿Qué harás cuando te retires?
Todavía no lo sé. Ese es mi problema. Supongo que jugar al golf, viajar, escribir un libro…

GH. ¿Volverás a Padrón?
No. Yo el día que pierda la morriña dejaré de querer a mi tierra. Y para tener morriña hay que estar lejos. Yo quiero estar lejos de Galicia. Y no hay nada más hermoso que estar lejos de tu tierra y volver. Las veces que haga falta, pero estar volviendo siempre. Para mi eso es grande.

GH. Te alejarás del mundillo

GH. Me ha insistido mucho mi padre, porque mi padre es músico, en que te pregunte que por qué cuando cantas, afinas tan bien. Él está alucinado.
Yo es que he cantado siempre. Yo estudié canto. En el convento de los dominicos, donde fui a estudiar –pero una vez estás allí te intentan engatusar para que seas fraile- te enseñan muchas cosas. Una de ellas es música, que es una asignatura básica. Yo estudié piano, aunque mi hermano luego fue mejor que yo, y adquirí un sentido del ritmo y del solfeo. Entonces, afinaba. Y creo que afino bastante bien. Y en los discos que he grabado puedo cantar mejor o peor, pero afinado seguro que sí. Y yo estoy afinado porque estudié música.



Entrevista realizada el 27 de marzo de 2014. Fotos cedidas por Jesús Mariano Martín



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